28 de marzo de 2010. Domingo

La prensa hoy. En portada: el (falso) agravio infligido al president de la Generalitat a cuenta del V Encuentro Mujeres por un Mundo Mejor España-África.

Las jornadas de trabajo que se han desarrollado en Valencia durante este fin de semana, enmarcadas en la presidencia semestral de España de la UE, han servido para que las autoridades valencianas vuelvan a colarse en las portadas de los medios de comunicación de medio mundo manifestando el «abandono», el «desprecio», la «discriminación», y no sé cuántas lamentaciones más a propósito de la no invitación al president de la Generalitat.

Lágrimas de cocodrilo.

Con éste, el filón para arañar agravios (falsos) se amplía y nuestras autoridades lloriquean a moco tendido mientras se zampan a sus víctimas; nosotros los valencianos, sin ir más lejos.

La alcaldesa de Valencia y la portavoz del Gobierno valenciano saben tan bien como yo, que las jornadas estaban organizadas por la presidencia española de la UE y que el tratamiento protocolario que afectaba a los actos de inauguración y de clausura se ajustaba a esa condición.

Ambas conocen tan bien como yo, que no estamos hablando de un acto organizado por el Gobierno de España, sino por la presidencia semestral española de la UE, y que esa diferencia es la que explica el protocolo que se aplica tanto en la confección de la lista de invitados, como en el diseño de las presidencias.

Es inaudito que la sra. Barberá y la sra. Sánchez de León, conocedoras como son de la práctica protocolaria que rige la organización de los actos oficiales, aprovechen el desconocimiento general de los ciudadanos acerca de esa normativa específica y de sus usos, para derramar lágrimas de cocodrilo y volver a la carga con el victimismo cansino con el que invaden la escena pública.

Tan grotesca ha sido la actuación de la alcaldesa de Valencia y de la portavoz del Gobierno valenciano, como la explicación no-oficial difundida por la organización: «no se la ha invitado porque sólo acudían mujeres».

¡Valiente estupidez!; porque si ésa es la razón, ¿por qué ha acudido hoy el presidente del Gobierno de España?

¡Con lo sencillo que es explicar los motivos reales, y de paso contribuir a que los ciudadanos entiendan lo que está pasando!

Que quede claro: el president de la Generalitat no tenía cabida «protocolaria»  en la mesa presidencial del acto de apertura que la UE, a través de la presidencia semestral española, ha organizado con motivo del V Encuentro de Mujeres durante este fin de semana en Valencia. Su presencia, como máxima autoridad de la Comunidad Valenciana que es, hubiera exigido situarlo en la presidencia (la alta dignidad de su cargo no permite situarlo en otro lugar que no fuera ése), y la visualización de esa presidencia hubiera expresado una «territorialización valenciana» que no se ajustaba a la realidad. 

En el acto de apertura, y con la presencia de una vicepresidenta del gobierno, el president hubiera detentado necesariamente la presidencia del acto, -justo por detrás de S.M. la Reina-, lo que hubiera convertido la escena en una equívoco: un acto de la UE «presidido» por un mandatario autonómico (¡!)

La aplicación del protocolo oficial es una fligrana que se trabaja y se negocia; y el ejercicio de esa competencia requiere una formación específica y un  conocimiento profundo de las instituciones, y de sus fines.

La alta relevancia de la figura del president de la Generalitat debe preservarse de cualquier uso indebido; y porque precisamente su presencia señala inequívocamente la dignidad que representa, resulta obligado medir sus apariciones y meditar su repercusión.

Si hubiera sido invitado, los organizadores estaban obligados a reservarle el lugar que su representación merece y eso hubiera desvirtuado el verdero significado del acto.

Durante todo este rifi-rafe absurdo, he echado de menos una nota aclaratoria de la presidencia semestral española, y mucho sentido común por parte de quienes estaban obligados a explicar este «malentendido» -tan bien urdido por algunas- que ha salpicado unas jornadas de trabajo tan interesantes: la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana, y el Ministerio de Igualdad.

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