13 de mayo de 2010. Jueves

Los pliegos de condiciones administrativas y técnicas para la concesión del servicio de «Cafetería y espacio para terraza en la plaza de España», y del servicio de «Bar (sin cocina) sito en el Polideportivo municipal», han salido a la luz 48 horas antes de que se celebre en la plaza de España (el sábado, de 12h a 14h), la acción ciudadana promovida por la Asociación de Vecinos, para reclamar no solo la apertura de esos servicios, sino una gestión municipal que no lesione los intereses y los derechos de los vecinos.

El gobierno municipal ha intentado por todos los medios que esa concentración reivindicativa no se celebrara; hasta el extremo de comunicar a la Junta de Seguridad de la Delegación de Gobierno su disconformidad porque -según el alcalde y su euipo- «la plaza de España, un sábado por la mañana, no garantiza la seguridad de las personas que deseen ‘manifestarse’, debido a la máxima afluencia de público que acude al mercadito».

Sin embargo, la misma Junta de Seguridad atendió la réplica razonada de la Asociación de Vecinos, y la celebración se mantiene.

En vista de que con sus argucias no consiguieron prohibir esa actuación, y ante el temor de tener que «escuchar» a los ciudadanos y ciudadanas en una manifestación de expresión libre, el gobierno municipal ha lanzado otro órdago: la publicación apresurada de unos asombrosos pliegos de condiciones para la concesión de ambos servicios (bar del poli, y «cafetería» de la plaza de España).

La portavoz municipal del PP, Carlota Navarro, en uno de los último plenos, ya anunció con su talante habitual, que los cinco concejales socialistas conoceríamos los pliegos cuando fueran publicados oficialmente. Ni un minuto antes. «¡Que para eso es el PP quien gobierna el municipio de Rocafort, y nosotros decidimos!» (sic)

O sea, que eso de mostrarlos con antelación, estudiarlos conjuntamente, y de acordar las mejores condiciones, no entraba ni en sus planes, ni desde luego -¡valiente es ella!- en los del resto de su grupo.

Dicho y hecho. Para evitar la participación de los concejales que trabajamos en la oposición, y para eludir la exposición pública de esos pliegos (una fase del trámite administrativo que contempla la participación ciudadana para presentar alegaciones, antes de que sean aprobados definitivamente), para evitar todo eso, se han acogido al plazo máximo de concesión que permite la ley, para que el alcalde (y su grupo) se lo guisen y se lo coman, de espaldas a todos los vecinos. Y el contrato será inferior a cuatro años.

El bar (sin cocina) del Poli, sale con una concesión de dos años (precio mensual de 464€, IVA incluido); y la «cafetería» de la plaza de España por tres años (precio mensual 2.359€, IVA incluido). En ambos casos, con la posibilidad de prorrogar un año más.

Con la lectura detallada de esos pliegos, he llegado a la misma conclusión que muchos de vosotros y de vosotras en otros aspectos de la gestión diaria municipal: que resulta mucho más difícil hacer las cosas mal, que hacerlas bien. Y aún así, se siguen haciendo rematadamente mal.

Con más de tres años que ha habido para redactar unos pliegos ajustados a la realidad; dimensionados a las necesidades de todos los vecinos; participados y debatidos … ¡con el tiempo que ha habido para trabajar esos pliegos con rigor, para escuchar a los usuarios, para rectificar errores, para contemplar novedades imaginativas …!

De verdad, hubiera sido mucho más fácil hacer las cosas bien. Y no solo más fácil, sino más justo y, sin duda, más honrado.

 (Sigo esperando su respuesta, sr. Llácer)

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