27 de mayo de 2010. Jueves
Hoy debería haberse celebrado la comisión de Hacienda. A las 8 de la mañana del jueves anterior al de la celebración de un pleno ordinario; tal y como ustedes dos propusieron, y así lo aprobó el pleno de la Corporación (con los únicos votos del PP), hace tres años.
Ustedes, sin embargo, han decidido no convocarla, a pesar de que tienen sobre su mesa una Moción presentada por el grupo socialista desde el pasado 27 de abril, en la que solicitamos que se estudie y se debata, primero en comisión, y después en pleno, nuestras propuestas acerca del IBI de 2004.
Evitaron llevar esa Moción a la comisión extraordinaria de Hacienda del pasado 6 de mayo, para eludir su inclusión en el pleno del día 10. Y ahora, violentan el trámite una vez más, se escabullen de la comisión ordinaria, y pergeñan un plan que les «salve» de llevarla al pleno del próximo martes; o, en el peor de los casos, incluirla en la sesión sin habernor dado la oportunidad de someterla a estudio y debate previo, conociendo los documentos (pagados por todos) sobre los que basarán su voto desfavorable.
Es desolador contemplar en qué están convirtiendo la vida pública y política de Rocafort. Y se equivocan absolutamente si consideran que con esta actitud están castigando a esta oposición que tan «incómoda» les resulta … el desprecio no me lo infligen a mí, ni a ninguno de mis compañeros concejales socialistas, el desprecio se lo dedican a los vecinos y vecinas de Rocafort que les reclaman reiteradamente que den la cara.
Ha ocurrido con el IBI2004; está ocurriendo con el resultado final de las calles Bonavista, Toledo, López Trigo …; es evidente en los pliegos de condiciones que han publicado para la concesión del Bar (sin cocina) del Polideportivo y de la Cafería de la plaza de España; en el acceso a las Escuelas Taller; en la in-gestión de la Bolsa de Trabajo; en la di-solución del Centro de Día …
No vale la pena seguir.
¿Por qué lo hacen, señores Bosch y Llácer?
https://amparosampedro.wordpress.com/2010/05/10/hablemos-sr-llacer/
1 junio 2010 at 10:32
en cuanto a la concesio de la cafeteria de la plaza, por lo menos esta vez ha salido a concurso, la vez anterior se cedio a un conocido tuyo, amparo. Las cosas como son.
1 junio 2010 at 17:37
Respuesta a libertad de expresion:
Probablemente, no quieras recordar qué ocurrió exactemente hace 15 años cuando se licitó la explotación del kiosko de la plaza de España; o no lo quieres recordar, o ignoras qué sucedió, y te limitas a dejar por escrito una de las infamias que se rumorearon entonces.
Verás, en la primavera del año 1994 finalizó la obra de re-urbanización y acondicionamiento de la plaza de España que la convirtió, felizmente, en un lugar público de encuentro para todos los vecinos de Rocafort.
Aquella obra (aunque hoy parezca mentira), se convirtió en el gran caballo de batalla del PP (en la oposición entonces), porque se negaba frontalmente a que la plaza de España se convirtiera en un punto de encuentro de todas las personas que vivimos aquí. El PP sabía (y sabe) que cuando las personas no disponemos de espacios públicos donde encontrarnos, conocernos y re-conocernos, es muchísimo más fácil que el poder (tal y como ellos lo entienden) «intervenga» la información, y difunda los rumores malintencionados, a su conveniencia, porque no existe la posibilidad de que los vecinos contrasten lo que oyen, lo que saben y lo que piensan.
Aquel año, en la primavera, se inauguró la plaza y se instaló allí el mercadito de los sábados. La afluencia de público era mínima; muy pocos vecinos se atrevían a pisarla: unos para no ser vistos y «castigados» por quienes ejercían un control férreo sobre sus vidas; y otros, porque juraron no pisar nunca una plaza que llamaban «la plaza roja».
Los comentarios generalizados, y malintencionados, que surgían de una antigua «Pollería» que había en la calle Bonavista, y de otros «mentideros» del pueblo, apuntaban a que esa plaza sería una ruina porque -y cito textualmente- «allí no subirá nadie; la gente de Rocafort no necesita un bar en la plaza …» etc. etc.
Con ese ambiente, y con las amenazas -veladas y no veladas- hacia los que quizá se hubieran atrevido a presentarse a un concurso, es fácil comprender que nadie, absolutamente nadie, osara hacerse cargo del kiosko.
Para demostrar que la plaza sí era un lugar fantástico para que todos los vecinos disfrutaran de ella, durante los dos meses de ese verano (1994), pusimos en marcha el kiosko. Celebramos el Festival de Jazz «A fosques», en colaboración con la Fundación ONCE , y actuaron, entre otros, Tete Montolíu (en el que fue su último concierto en directo), Eva Denia, Perico Sambeat, etc. etc. La plaza acogió a más de 2.000 personas venidas de diversos municipios, y se demostró que con imaginación y trabajo era posible lograrlo ….
Pero los vecinos -especialmente los residentes en lo que se conocía como «el pueblo»- seguían sentados en el perímetro de la plaza, y no la pisaban.
En diciembre de 1994, iniciamos el expediente administrativo para la concesión del servicio a partir del 1 de abril de 1995, y durante 12 años para ayudar a los pequeños empresarios de aquí y facilitarles que la inversión que habían de hacer les resultara rentable.
Pero no hubo manera, y nadie «daba un duro» porque el bar de la plaza pudiera convertirse algún día en un negocio. Nadie se presentó a ese concurso. Repito: NADIE, salvo una empresa de fuera de Rocafort, que introdujo, además, una mejora que duplicaba el canon que imponían los pliegos.
Ya ves: hubo concurso, con pliegos, con expediente, y con la ÚNICA CONCURRENCIA DE UNA EMPRESA.
Dos meses más tarde, en mayo de 1995, perdimos las elecciones; y, sorprendentemente, algunos vecinos empezaron a cruzar la plaza. Pasó el tiempo, y la plaza de España se convirtió en un éxito de todos. Allí subía todo el mundo, y se felicitaba por tener un lugar como ése.
No sabes cuántas veces, cuantísimas veces, durante estos 15 años, me he sentido orgullosísima de haber colaborado en la construcción de ese espacio público.
Aquel proyecto en el que creímos firmemente, estaba abocado al éxito; el PP hizo todo lo que estuvo en su mano para echarlo a perder, pero la ciudadanía, tarde o temprano, reconoce y defiende lo que es bueno para todos.
En 1995, perdimos las elecciones municipales por la recuperación para el uso público de la plaza de España, y por la construcción de la Casa de Cultura; seguro que leer esto provocará perplejidad y extreñeza a más de uno, pero quienes vivimos aquella brutal campaña difamatoria y falsa (y quienes la diseñaron y la difundieron), saben que es cierto.
Que no te cuenten milongas, no te dejes engañar: ves al ayuntamiento y pide el expediente administrativo de la concesión del año 1995; es un documento público y estás en tu derecho a examinarlo.
Gracias, y hasta cuando quieras.