2 de octubre de 2010. Sábado

(Artículo de opinión publicado en el semanario La Gaceta. Amparo Sampedro)

No tengamos dudas, porque lo que nos une a una gran mayoría de los vecinos de Rocafort es mucho más que lo que quizá pudiera separarnos.  

 Garantizar que nunca más un gobierno local nos tomará como rehenes de sus disputas personales y de sus ambiciones privadísimas e inconfesables, es un buen punto de partida.

A estas alturas, los vecinos y vecinas de Rocafort ya hemos comprobado el evidente empobrecimiento de los servicios municipales que obtenemos a cambio de los impuestos que pagamos; por eso, la transparencia en la gestión municipal, la eficiencia en la administración de los recursos, y el sentido común,  son, como mínimo, tres puntos más que muchísimos de nosotros sumaríamos gustosamente a esa esperanza común por la regeneración política local que necesitamos con tanta urgencia.

Ha llegado el momento de las personas; de quienes vivimos en Rocafort y nos duele su abandono y esa despiadada desfiguración que sigue sufriendo por la apatía de sus gobernantes o por sus intereses despreciables.

 Es el momento de quienes creemos que es necesario hacer posible lo que nos une; y participar abiertamente en las decisiones que nos afectan a todos, promocionar el diálogo como fuente de enriquecimiento colectivo, apostar por la imaginación sin miedo y con responsabilidad, son principios incuestionables para las personas que creemos que un buen gobierno de nuestro Ayuntamiento pasa, necesariamente, por prestar sus servicios a los ciudadanos con honradez, con lealtad, con eficacia y con mucho trabajo. Sin trampa ni cartón.

Porque, por encima de cualquier otro interés, lo que nos une a los vecinos de este bendito pueblo es, sin ninguna duda, el dolor de su pérdida. Por eso,  ganar el futuro inmediato que merecemos es tan justo como necesario.

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