22 de octubre de 2010. Viernes

Un vecino se ha interesado por conocer las razones por las que el gobierno local permitió hace un par de meses la tala de los árboles que había en el jardín del antiguo «Alevín» (plaza de España).

El vecino ha formulado sus preguntas como toca y a quien toca, a través del Registro de Entrada y al alcalde.

Le responde, también por escrito, el concejal de Urbanismo -Javier Almela-; y lo hace entonando un discurso exculpatorio que causa sonrojo: Javier Almela es capaz de cargar contra el propietario la responsabilidad que solo concierne al equipo de este gobierno municipal.

Según Almela, el Ayuntamiento intentó por todos los medios que se respetaran los árboles, pero fue el propietario el que decidió no hacerlo y no pudieron impedirlo. ¡Vaya por Dios!

Esa insensata explicación ya la leí este verano en facebook, a modo de «consigna», para apaciguar los ánimos de muchos vecinos cuando contemplaron la demolición del edificio y la tala de los árboles.

A la hora de estudiar «todos los medios que el Ayuntamiento tiene a su alcance», quizá el concejal de Urbanismo «olvidó» aplicar la herramienta más importante y más eficaz que existe para que evitar esa barbaridad: el Plan General de Ordenación Urbana de Rocafort. 

Si lo hubiera hecho, los árboles seguirían en su emplazamiento natural (el jardín del «Alevín»). Y no solo eso: si el Plan General se estuviera ejecutando en Rocafort conforme a las normas que lo desarrollan, no existiría un proyecto para construir un edificio como el que se propone, y que ocupará toda la parcela.

No, no es cierto; el Ayuntamiento -el gobierno local- no ha hecho todo lo que está en su mano para evitar que desaparezca el jardín del «Alevín». Como tampoco lo hizo para preservar terrenos municipales en los que quepa un insituto de secundaria y viviendas sociales, en «el Bovalar».  Como tampoco lo ha hecho para poteger el casco antiguo, ni para asegurar las infraestructuras y los sevicios básicos mínimos de una población que ha crecido de manera desorbitada y sin planificación.

 Lo peor de este «entramado», es que una explicación falsa como la que Almela le dirige a un vecino, y de la que facebook ya se hizo eco este verano, cala entre los ciudadanos con una facilidad pasmosa … porque, ¿a quién se le ocurre pensar que un gobierno municipal no vaya a poner los cinco sentidos en presevar el bien común?

Pero no, no es cierto; en Rocafort, eso no es lo que está ocurriendo.

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