12 de noviembre de 2010. Viernes
Hoy se ha celebrado el pleno que ha aprobado la adjudicación (provisional) de la explotación del servicio del Centro de Día, a la empresa Grupo BBS, Servicios Diversos SL; y las Bases y la convocatoria de las subvenciones para los usuarios.
El desarrollo de un proyecto de la envergadura del Centro de Día, tanto por su complejidad técnica, terapéutica y social, como por los cientos de miles de euros que hemos desembolsado directamente de las arcas municipales (más de 500.000€), merecía una correcta planificación desde su inicio, es decir, desde su concepción allá por el año 2003. Y no la ha habido, lamentablemente.
Una vez concluidas las obras (en abril de 2007), los vecinos hemos sido persuadidos una y otra vez de que su puesta en marcha era «inmediata»: primero, en el verano de 2007; y en la navidad de 2007. Después, en el verano de 2008; y en la navidad de 2008. Más tarde, en el verano de 2009; y antes de que finalizara ese año. Y, más recientemente, nos aseguraron que sería una realidad en el verano de 2010.
Al entrar en el Ayuntamiento, en junio de 2007, comprobé que no era posible su apertura ese mismo año. Y a los largo del tiempo confirmé que era improbable para 2008; que era incierto para 2009; y que, de lograrlo en 2010, sería a costa de que los vecinos renunciáramos a disponer de su uso exclusivo. Es decir, el Centro de Día era de Rocafort (porque lo hemos pagado todos los vecinos), pero no sería para Rocafort (únicamente).
Descubrir el «pastel» no ha sido un plato de gusto. Créedme.
Ningún estudio previo de viabilidad del servicio; es decir, las necesidades reales de la población, y su proyección para los años siguientes; el cálculo de los costes, las ventajas y los inconvenientes de los diversos sistemas de explotación posibles, el análisis de su repercusión social y económica …
Ningún proyecto terapéutico y asistencial anticipado, que expusiera con rigor los objetivos indispensables para los potenciales usuarios.
En definitiva, el edificio no había sido construido de acuerdo con las exigencias específicas que reclamaba la Generalitat para homologarlo (¡un Centro de Día no es una edificación cualquiera!), y el número de plazas reales que el Centro podía acoger era de 20.
Tres años largos después de estar acabado (con sus primeros desconchados en la fachada, y nuevas inyecciones económicas para «enmendar» una planificación previa inexistente), la explotación del servicio del Centro de Día ha sido adjudicado hoy.
Durante estos tres años, hemos intentado colaborar para que el Centro de Día, a pesar de los reiterados errores cometidos, no fuera una quimera, sino una realidad al servicio de los vecinos de Rocafort. Votamos a favor de la creación del servicio, y animamos a la concejala –Ana Llorens-, y al resto de los miembros del gobierno municipal a que nos dejaran ayudarles. Les ofrecimos nuestras opiniones, les invitamos a reflexionar, y les planteamos nuestras dudas … solo obtuvimos una respuesta: «No» (Un actitud tan ridícula como insensata, si tenemos en cuenta la envergadura de lo que estaba en juego: un Centro de Día para Rocafort)
Hoy, como en anteriores ocasiones por razones estrictamente legales, Ana Llorens y el gobierno local se han visto obligados a llevar al pleno la adjudicación del servicio; como hace dos años no tuvieron más remedio que pasar por ese trámite y desvelar la chapuza que llevaban entre manos, o hace unos meses, para re-iniciar todo el proceso a causa de su incompetencia manifiesta.
No podemos dar nuestro voto favorable a una adjudicación que se ha librado en base a unos Pliegos de condiciones que contienen -en nuestra opinión- desventajas para los vecinos.
Y no podemos, porque, además, la actitud desafiante de la concejala Llorens -tanto en las comisiones que se celebraron el lunes, como en el pleno de hoy- no conduce a aclarar las dudas que siguen en el aire.
¿Qué hacemos cuando el alcalde ha marcado un tiempo de 15 minutos para que la señora Llorens explicara su propuesta, y a ella le han sobrado 14?
¿Qué hacemos si sigue sin responder cuántas plazas se concertarán con la Generalitat y cuántas no?
¿Qué hacemos cuando asegura que en menos de un mes se abrirá el Centro, y que la Generalitat aclarará su postura entonces?
¿Qué hacemos cuando la concejala afirma que habrá un plazo de pre-inscripción para todos los usuarios potenciales, y minutos más tarde afirma que ya hay 13 personas que tienen garantizada la entrada?
¿Qué hacemos cuando se le pregunta qué centros está explotando la empresa adjudicataria, dónde están y cuál es el resultado, y ella afirma desconocerlo?
¿Qué hacemos cuando dice que no ha hablado todavía con la empresa, y a vuelta de la misma pregunta -formulada al revés- confirma que sí que ha hablado?
¿Qué hacemos cuando ni siquiera sus compañeros del gobierno municipal, en las comisiones previas, (Javier Almela y Alejandro Llácer), le echan una mano para resolver la situación tan pintoresca que ella misma está creando con sus intervenciones? (Y, sin embargo, votan a favor sin medir las consecuencias)
¿Qué hacemos cuando el concejal de Hacienda, Alejandro Llácer, se niega a intervenir para aclarar los temas económicos que se derivan de todo este endiablado asunto?
Hacemos lo que hemos hecho: abstenernos. Porque, por encima de intereses partidistas o personales, durante estos tres años largos de incertidumbre y de improvisación, nosotros hemos defendido un Centro de Día, en condiciones óptimas, para las personas de Rocafort.
Así de sencillo, y así de claro.
Deja una respuesta