21 de noviembre de 2010. Domingo
Leo el último libro de J. Ramoneda. «Contra la Indiferencia»
Y para cerrar el domingo, escojo esta reflexión: Decidir es responsabilizarse de la situación a la que se aspira.
¡Feliz semana!
21 de noviembre de 2010. Domingo
Leo el último libro de J. Ramoneda. «Contra la Indiferencia»
Y para cerrar el domingo, escojo esta reflexión: Decidir es responsabilizarse de la situación a la que se aspira.
¡Feliz semana!
Nací el 25 de junio de 1958, de madrugada. Cuando el verano despuntaba en Gandía (la Safor) Soy la mayor de cinco hermanos; un chico y tres chicas más. De mi hermano me llevo exactamente tres años, menos tres meses, menos tres días y menos tres horas; y como a mi padre le gustaba recordar, esa curiosa coincidencia aún convierte el cumpleaños de mi hermano en el anuncio del mío. Estudié en Gandia toda la educación primaria en el colegio de las MM Escolapias; y cuando se abrió el primer instituto de aquella comarca, y yo tenía 9 años, inicié el bachillerato allí. Pertenezco a esa generación que aún estudió Formación del Espíritu Nacional. De aquella asignatura me queda el recuerdo de la primera y única vez que me han expulsado de una clase: fue durante la explicación por parte de la profesora del régimen político de la España de aquellos años (principios de los 70). "Esto es una democracia orgánica", afirmó. Y me atreví a preguntar qué significaba. No obtuve ninguna respuesta, sólo el enfado de Doña Matilde Lloret: aquella "insolencia" me valió la expulsión de clase y una descarga de curiosidad por el asunto que empecé a satisfacer casi inmediatamente. Decidí estudiar Filología Hispánica y entré en la Facultad el mismo año que Franco murió, en 1975.
22 noviembre 2010 at 14:48
Para que no vuelvan a llevárselo crudo, nosotros – todos – debemos elaborar un gran plato repleto de honradez y aliñado con grandes dosis de tolerancia.
22 noviembre 2010 at 17:36
Estos pequeños chistes no pueden representar mejor lo que ha logrado el grupo municipal del P.P. con el sr.Bosch a la cabeza.
Los ciudadanos de Rocafort siguen entre la ignorancia y la indiferencia las vicisitudes por las que pasa su pueblo en manos de esta gente.
Cuando hubo grandes ingresos no se hizo nada, ahora que no los hay ni pueden manejar a su antojo porque la oposición de la Sra. Sampedro y su grupo no les deja que se salten la Ley, la culpa es de Zapatero.
Pero si se han arreglado algunas calles del pueblo, ha sido gracias a los dineros que les dió Zapatero y las molestias por las que pasaron los comerciantes y habitantes de esas calles las originaron los que eligieron
que eso era lo más conveniente sin consultar a nadie.
¡NO LO OLVIDEN!