Sábado 22 de enero de 2011.
Lo que hace años era una reunión amable alrededor de una paella que compartían todos los empleados municipales y todos los miembros de la corporación, para brindar por el nuevo año aprovechando la fiesta de San Sebastián, se ha convertido en un espectáculo (caro) en honor del patrón.
Es difícil aceptar la invitación y sumarse a esa exhibición, y, aún más, sabiendo que el coste de la representación ronda los 5 ó 6 mil euros.
Las buenas relaciones entre empleados y concejales han de cultivarse diariamente, porque el respeto y el reconocimiento objetivo de nuestras respectivas tareas garantiza la comprensión y la cordialidad. La comida de hoy no protege precisamente esa visión tranquilizadora que unos y otros (empleados y concejales) agradeceríamos, y que habría de desarrollarse a diario (la experiencia lo demuestra año tras año …)
Y eso también habremos de recuperarlo.
Hasta entonces, la fiesta del patrón celebra hoy la que puede ser su última edición.
Éste es el escrito declinando la «invitación» de este año:
23 enero 2011 at 09:10
¿Vosotros creéis que lo entienden?
La cuestión es «tapar» con fastos, además fuera del municipio, la mesa que mantienen sucia.
Yo también hubiera declinado la invitación. Se me hubiera atragantado.