Sábado 2 de abril de 2011

Las actuaciones de Alejandro Llácer deberían ser retransmitidas en vivo y en directo. Pero no es posible.

Los detalles que yo pueda trasladar desde este blog acerca de sus intervenciones siempre resultarán insuficientes.

Mientras Llácer aguarda la salida que ha pactado con Bosch para sucederle en la alcaldía, sus exabruptos y su insolencia siguen creciendo.

«Los arreglos» que han acordado entre ellos  en el hipotético caso de que el PP vuelva a obtener la alcaldía, ya son del dominio público.

Tras meses de enfrentamientos y amenazas reincidentes entre uno y otro, (situaciones que han afectado gravemente el funcionamiento del ayuntamiento) Bosch&Llácer han sellado el acuerdo para repatirse lo que ellos consideran un botín:  Bosch permanecerá al frente de la alcaldía durante el tiempo necesario para convocar determinadas oposiciones que tiene programadas, y en el plazo de un año y medio aproximadamente entregará la alcaldía a Llácer.

En ese ambiente, Llácer ha vuelto a mostrarse en «estado puro», y esta vez, a propósito de la gestión de la Tasa por apertura de establecimientos, y de las propuestas que volvimos a presentar en la comisión de Hacienda que él preside.

A falta todavía del informe que solicitamos a la secretaría general del Ayuntamiento, la intervención municipal ha señalado que:

«los expedientes [de las liquidaciones tributarias de la Tasa por licencia de apertura de establecimientos] se inician pero no se concluyen, cuando la presentación de la solicitud determinaba el momento del devengo de la tasa, y por ende, la obligación de practicar la liquidación en el momento de resolver el expediente.

La falta de terminación de los expedientes puede haber dado lugar a una pérdida de ingresos motivada fundamentalmente por la prescripción de aquellos anteriores a 4 años»

Llácer, durante esa reunión, trasladó cualquier responsabilidad a los funcionarios porque -según él- no era cosa suya estar al tanto de lo que sucedía.

Discrepo, porque todos los vecinos estamos de acuerdo en que un concejal ha de actuar con transparencia y con eficacia; y si, además, está cobrando 865€/mes por 4 horas de dedicación diaria (?), sacudirse esa responsabilidad es bochornoso.

Cuando él propuso eliminar esta Tasa (aunque ya estaba eliminada en parte desde 2006 en el marco legal general del Estado, y derogada definitivamente con la introducción de una modificación en la Ley de Bases de Régimen Local en 2010),  cuando propuso eliminarla -digo-, se negó a entregarnos los documentos que han acabado demostrando su pésima gestión.

Ahora, el interventor confirma que, efectivamente, algunos  expedientes no se terminaban y que eso conllevará la pérdida de ingresos para aquellos que hayan prescrito. Tal y como nosotros ya advertimos.

Y eso solamente entre los años 2007 y 2010. Llácer también fue concejal de Hacienda entre 2003 y 2007; los ingresos que pudieron perderse de aquel periodo tampoco podremos recuperarlos porque todos han prescrito.

El «eficiente» (?) concejal de Hacienda ha aprendido -y mejorado- la táctica que su maestro, el alcalde Bosch, utiliza para los casos que desvelan su incompetencia en la gestión: culpar a los técnicos y a los funcionarios.  Pero actuar así no conduce a nada bueno.

Si en lugar de esconder los datos para tomar la decisión de derogar una Tasa inexistente, los hubiera puesto sobre la mesa como le pedimos, cualquiera de nosotros le hubieramos enseñado gustosamente a valorarlos y a comprenderlos.

Está comprobado que la Tasa (inexistente) no la derogó para «promover» la instalación de nuevos comercios o empresas, sino para quitarse de encima los 8 años de pésima gestión de ese tributo (por la que el Ayuntamiento ha perdido ingresos), y que sabía, que, tarde o temprano, saldría a la luz por las quejas de diversos contribuyentes que llevaban tiempo oliéndose que algo iba mal.

Sobre las propuestas que volvimos a presentar el jueves, Llácer y el resto de concejales de gobierno han dicho «no» con este argumento:

«La rechazamos porque eso ya lo teníamos pensado, y estará en nuestro programa electoral»

Una buena razón para quien entienda que la gestión municipal ha de estar al servicio de sus intereses partidarios y partidistas.

Anuncio publicitario