Igualdad de oportunidades: las contrataciones de Personal en el Ayuntamiento.


Es un clamor que  el alcalde utiliza los puestos de trabajo como un modo de tener sometidos a los vecinos: por el miedo a perder el puesto de trabajo, si lo tienen; por la esperanza de obtenerlo, si no lo tienen.

Cuando el puesto de trabajo depende del criterio arbitrario del que ordena y manda, todo está gobernado por el miedo. Y nadie está a salvo.

Hay que acabar con todo eso, porque degrada la vida colectiva y daña a las personas.

El alcalde no puede ser el cacique que beneficia a unos y perjudica a otros según su capricho y sus intereses personales. El Ayuntamiento ha de garantizar los derechos de todos y la igualdad de oportunidades en el acceso a los puestos de trabajo.

¿Qué hay que hacer para ello?

  • En primer lugar, dar publicidad a las plazas que se necesitan cubrir, de modo que todos los interesados las conozcan.
  • En segundo lugar, establecer criterios de selección para que los aspirantes puedan hacer valer sus méritos y su capacidad para el puesto de trabajo.
  • En tercer lugar, actuar con transparencia en los procesos de selección, garantizar un resultado justo y proteger los derechos de los aspirantes.

Difundir la mentira de que si los socialistas ganamos las elecciones muchos trabajadores se irán a la calle, es una patraña para crear el miedo; y la propagan los de siempre en cuanto se aproximan las elecciones municipales.

Yo no iré contra los derechos de ningún trabajador, y su labor será retribuida con equidad.

La plantilla de personal está hecha unos «zorros» porque no existe un criterio de organización basado en el servicio y la atención a los vecinos. Y los empleados la sufren y también los ciudadanos.

La buena planificación de la plantilla que necesita un municipio como el nuestro, requiere tiempo, trabajo y mucho diálogo entre todas las partes.

Hacedme caso: cuando intenten atacar vuestra dignidad con el miedo, recordad que no sois votos al servicio de intereses privados y partidarios, sino personas con vuestros derechos y deberes.

Es alarmante tener que decirlo y escribirlo, pero la realidad me obliga a hacerlo.

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