Lunes 21 de noviembre de 2011
Mi más sincera felicitación al PP por su éxito electoral de ayer al conseguir una aplastante mayoría (186 de los 350 escaños del Congreso de los Diputados)
Ese magnífico resultado es ya una realidad cuya traducción nos han explicado sin desmayo durante los dos últimos años:
La única salida a esta maldita crisis española era el cambio de gobierno.
Lo han logrado de manera incontestable. A partir de ahora, todos los españoles -tanto quienes les han votado como los que no- esperamos que se consuma el corolario que han defendido si se cumplía la condición necesaria que anteponían (conseguir un amplio respaldo y convertirse en un gobierno fuerte) para iniciar el despegue:
– La recuperación económica
– La subida del empleo en general y del de los jóvenes en particular
– La bajada de los impuestos (incluido el IVA)
– La bajada de las tarifas eléctricas
– La bajada del precio de la gasolina
– La protección, por encima de todo, de los más débiles
– El aumento de las pensiones
– La recuperación del poder adquisitivo de los funcionarios
– El mantenimiento de la Enseñanza y la Sanidad públicas
– La recuperación de las pequeñas y medianas empresas, y de los autónomos
– Las ayudas inmediatas a los Ayuntamientos para resolver sus problemas de financiación
– Ayudas a la investigación y al desarrollo (I+D+i)
– Becas para la Formación de los estudiantes
– Televisiones y medios públicos de información plurales
… …
Habrá quien no me crea, pero lo digo de corazón: si el PP ha convencido a más de 10 millones 800 mil votantes de que la crisis económica (y política) la provocó el gobierno socialista y de que su llegada es la solución, en poco tiempo -según sus propias palabras- tendremos razones todos para aplaudirles. Y yo lo haré también.
Vaya por delante ahora a los militantes de esa formación política, a sus simpatizantes y a sus votantes, mi más sincera enhorabuena.
22 noviembre 2011 at 06:49
Ya me gustaría a mí que consiguiesen eso.
Demostrarían que son gigantes de la política. Otros, a quienes veo más capacitados y que cuentan con pueblos más disciplinados y reflexivos, no son capaces de alcanzar esas metas. Y se tambalean.
Hace ya mucho tiempo que el votante medio español no vota sino castiga. Y castiga sin piedad, por oleadas faltas de mesura. Es la penosa demostración de la masa, no del pueblo.
Saber aprovechar esa pulsión -o esa condena- garantiza el éxito electoral, que no siempre es el éxito político.
De momento, vaya por delante la opinión, absolutamente personal y no publicada, del director de un prestigioso periódico español:
«Regresé de la India a tiempo de cubrir las elecciones desde el periódico y, la verdad, para nosotros no hubo absolutamente ninguna sorpresa. Ni en el resultado ni en la interpretación del resultado que algunos energúmenos ya están dando al hecho. Los próximos meses serán decisivos, sin duda, para saber a qué atenernos. En resumen, más que una lavativa contra la crisis parece que vamos a aplicar una terapia de choque. Podemos morir en el intento o seguir vivos… Cada día va a ser importante»
22 noviembre 2011 at 23:06
Por favor, seriedad y prudencia.
No han pasado ni 48 horas desde las elecciones y CiU ya ha anunciado sus medidas.
El presidente del gobierno electo, Mariano Rajoy, explicará en las próximas horas a Merkel y Sarkozy cuáles son las suyas (ni un detalle de mínima elegancia para los ciudadanos españoles que aún seguimos esperando conocerlas)
Mucho me temo que las que vaya a adoptar no concuerden con las que ha defendido durante los dos últimos años. Por eso, lo que echo de menos es la valentía y la pedagogía. Y lo que aborrezco es la hipocresía.
Solo pediré coherencia y sentido común. Coherencia a quienes se empeñen en defender justo lo contrario de lo que hacen y sentido común a todos para salir de ésta.