Sábado 7 de septiembre de 2013

Como en la inmensa mayoría de municipios, Rocafort dispondrá de una Bolsa de Empleo Social.

Como en la inmensa mayoría de municipios, -con informes favorables y desfavorables- Rocafort hará frente a un problema que las políticas de Empleo y de «austericidio» del gobierno de España y de la Generalitat no saben solucionar.

Los ayuntamientos no somos generadores de empleo, pero sí somos la administración más próxima al ciudadano.

No sé en qué piensa quien se sienta en un confortable sillón, rodeado de altos funcionarios, técnicos, asesores con trajes impolutos y chófer en la puerta para trasladarlo en volandas sin que pueda percibir el desaliento de la gente corriente.

No sé a qué esperan para encontrar la solución que dé salida a un problema con el que nos enfrentamos diariamente alcaldes y concejales (de todos los partidos) honestos y preocupados por la gente con la que convivimos.

No sé si tantos funcionarios y asesores han informado cumplidamente al poder ejecutivo (Gobierno de España) de la ABERRACIÓN que significa que los Ayuntamientos no podamos ampliar nuestras plantillas de manera ordenada para reforzar temporalmente los servicios que debemos prestar, pero sí que podamos contratar a empresas para que lo hagan (gastando, necesariamente, más dinero)

No sé si toda es pléyade se asoma a las ventanas, pasean por las calles o toman un café (bajo el anonimato) en un barrio o en un pueblo castigado por sus decisiones.

No sé cómo se piensa sentada en una mesa sin papeles, con la puerta cerrada a cal y canto y dispositivo de protección para que nadie -con una clasificación inferior a la de un secretario de Estado, director General o jefe de área- pueda franquearla.

Ni siquiera sé si es posible pensar en esas condiciones…

Yo pienso rodeada de papeles, atendiendo a mis vecinos, reuniéndome donde me llaman, discutiendo lo evidente o lo dudoso con quien haga falta… Y pienso poniendo cara a los problemas acuciantes de la gente con la que hablo, a la que escucho y a la que entiendo.

No sé en qué piensa el portavoz del PP en el Ayutamiento, Alejandro Llácer, que ya ha anunciado públicamente que presentará batalla ante los tribunales de Justicia contra la Bolsa de Empleo Social que se ha puesto en marcha porque existe una baremación que permite puntuar las condiciones de desempleo, situación económica y precariedad social, como en la inmensa mayoría de municipios.

Es de suponer que sus compañeros de partido, con responsabilidades en el gobierno y en la oposición en otros Ayuntamientos, ni imaginan de lo que es capaz

  • Capaz de esconder y callar durante años contratos de trabajo en fraude de ley (sin ningún tipo de selección objetiva para su acceso)
  • Capaz de mantener gabinetes de prensa durante casi 2 años, sin contrato ni consignación presupuestaria
  • Capaz de aceptar la contratación de abogados sin consignación presupuestaria
  • Capaz de permitir la contratación de más de 100 personas -en fraude ley y sin ningún tipo de selección objetiva- al margen de una Bolsa de Trabajo escondida en un cajón durante 1 año y medio
  • Capaz de defender después esa misma Bolsa que mantuvo escondida -declarada ilegal por la Abogacía del Estado y sentenciada por un Tribunal de Justicia en 2012- en la que no constan informes preceptivos ni ningunos otros…
  • Capaz de mantener hasta tres despachos de abogados-asesores, pagando un precio fijo mensual a cada uno y aceptando las facturas por la defensa en juicio y la emisión de informes, siempre a parte.
  • Capaz de aceptar sin rechistar facturas «pintorescas» con cargo a una Visa Oro
  • Capaz de comulgar con productividades astronómicas que no pagaban -ciertamente- ni un especial rendimiento ni un mejor servicio púlico
  • Capaz de abandonar (intermitentemente) sus responsabilidades públicas en materia de Cultura y de Hacienda defendiendo, a la vez,  todo lo que estaba ocurriendo
  • Capaz…

Capaz de cumplir con su amenza y llevarme (nos) a los tribunales para evitar que la Bolsa de Empleo Social pueda desarrollarse.

Y lo hará con la única intención de impedir que los desempleados, los que no perciben ningún tipo de ayuda, los mayores de 45 años, las mujeres maltratadas en riesgo de exclusión social, las familias que no pueden llegar a final de mes y con serios problemas personales desvían a su hijos a otros familiares para que puedan comer… y cualquier otra situación dolorosa que todos conocemos, lo hará -digo- para que no exista ni la mínima esperanza.

Es injusto y es indecente (políticamente hablando)

Espero que si lo hace, no olvide que sus compañeros de partido en otras localidades, trabajen en el gobierno o en la oposición, están esperando escuchar sus motivos.

Pero por encima de todos ellos, los vecinos de Rocafort en situación desesperada, merecen una explicación razonable de por qué el PP en Rocafort actúa de manera diferente a como lo hace ese mismo partido en otros municipios.

Porque nadie entiende que  el PP aquí no sea capaz de unirse a una decisión respaldada y alentada por ellos mismos en pueblos que todos conocemos.

Porque nadie entiende que Alejandro Llácer antes -sin ningún tipo de requisito objetivo- aplaudiera y defendiera las contrataciones «discrecionales» y ahora, que todos hemos de ser conscientes de que constituir una Bolsa de Empleo Social con una baremación que permita puntuar las condiciones de desempleo, situación económica y precariedad social es lo más urgente que debemos acometer… ¡ahora preciasamente!  el sr. LLácer piensa recurrir a los Tribunales.

¡Vaya por Dios!

 

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