Domingo 30 de octubre de 2016
Ayer, Rajoy fue investido por el Congreso como presidente del Gobierno, gracias a la abstención de 63 diputados y diputadas del PSOE.
Personalmente, no encuentro ni una sola razón de peso suficiente que pueda sostener esa decisión. Y es posible que ni la mayoría del grupo parlamentario socialista ni la mayoría de la militancia, tampoco. Si eso es así -y creo de verdad que lo es- supondría que esa determinación, esa decisión imperativa de un Comité Federal asaltado y una gestora designada ex profeso, es un acto más que dudoso en cuanto a su significado estrictamente político. Y ahí estamos, en un momento de indiscutible debilitamiento político del PSOE.
Había muchas maneras de resolver el conflicto larvado que estalló en el Comité Federal del pasado 1 de octubre y se eligió la peor de las posibles. No creo que haya otra que supere a ésta ni en la rabia ni el revanchismo con la que fue planteada ni en el desastre que ha provocado; tampoco en el daño infligido a los militantes y a los simpatizantes, como parte irrenunciable y sostén del PSOE, ni en el infligido a centenares de miles de personas con nombres y apellidos en sus convicciones y en su honestidad.
[Solo me faltaba escuchar la palabra «pedagogía» en boca de quienes han planificado y ejecutado este disparate, con la intención de convencerse de que es posible explicar y demostrar que lo que han hecho es lo mejor «para España» Tiene su «gracia» –entre tantas lágrimas reales- que relevantes personajes del socialismo en España que han considerado la pedagogía como un instrumento innecesario en la política, ahora se conviertan en sus predicadores]
Hoy, además del bochorno y la vergüenza que he sentido a lo largo de estos días por las intervenciones falsamente pedagógicas de una gestora sin crédito a causa de su propia gestación, y de destacados dirigentes socialistas territoriales (la insolencia añadida de Lambán, Díaz-Page, Rodríguez Ibarra, Caballero o Díaz resulta insostenible); además de ese bochorno y esa vergüenza -digo- sumo una pena enorme, una honda tristeza como la que transmitieron anoche Odón Elorza, Rocío de Frutos, Susana Sumelzo, Margarita Robles, Mariluz Seijo o María Gónzalez y Adriana Lastra, entre otros muchos, y un abatimiento doloroso como el que se reflejó en Pedro Sánchez durante su intervención pública al mediodía.
Sánchez ha tomado la decisión acertada, la más dura y difícil: irse. Irse para no faltar a su palabra y a su compromiso con los militantes y los votantes. Irse para no dinamitar el acuerdo de un Comité Federal, aunque ese órgano esté herido de muerte. Irse para no provocar escenas aún más vergonzosas de una gestora desacreditada. Irse para que la auctoritas que ahora representa (gracias precisamente a la conjura de la que sido víctima) no ahonde más en la herida de un grupo parlamentario fragmentado.
Marcharse no es un verbo que se conjugue habitualmente en política. Irse por respeto a las convicciones de uno mismo y a la responsabilidad contraída con los electores, tampoco. Sólo con eso, Sánchez ya ha ganado mucho enteros.
En esta situación, a mí no me duele el PSOE -como he escuchado y he leído a tantos lamentar, entre otros a Susana Díaz-, y no puede dolerme porque el PSOE como partido -sus principios y la ética de su ideario político, social y económico-, no es la voluntad de interesados, intolerantes y enfermizos personalismos (y su temporalidad)
A mí me duelen los actos y el comportamiento de las personas que, en nombre del PSOE, se atribuyen la guardia y custodia de sus esencias con el objetivo de mantener las prerrogativas con las que se invistieron -o los investimos, también temporalmente.
El PSOE, la socialdemocracia como corriente del socialismo democrático, debe someterse a la natural implicación y reforzamiento de nuestro compromiso con los avances en la participación política y la libertad personal y colectiva, propios del siglo XXI.
Lo contrario, lo que hemos visto a lo largo de los últimos meses y que anoche se consumó, es nuestra caricatura: inaceptable e injusta.
Personas como yo no la hemos dibujado y estamos dispuestas a trabajar para borrarla.
30 octubre 2016 at 16:06
la cuestion esta en que si se repetian elecciones se perderian previlegios y sillones de algunos que dicen ser socialistas,de ahi la abstencion,solo quieren prolongar sus previlegios sin importarles otras cosas,,desde aqui felicito a los compañeros que dijeron no,y animarte a ti amparo para que escribas mas a menudo estos magnificos articulos en tu blog
31 octubre 2016 at 11:56
Hola, Serafín.
Creo de verdad que un buen número de miembros del grupo parlamentario socialista no estaban de acuerdo con la abstención y mucho menos con las maneras en que se han desarrollado los hechos para llegar hasta ella.
Creo que ningún miembro del grupo parlamentario se sintió cómodo durante la investidura. Ninguno. Unos, por razones evidentes; y otros, los menos, porque con su abstención ofrecían carta de naturaleza (legitimaban) los extravagantes y más que reprobables episodios anteriores a ese injusto desenlace.
En mi opinión, el más grave de los problemas es el enorme debilitamiento político que el PSOE ha sufrido y que la tarde del sábado se manifestó de manera dolorosa.
No culpo a quienes se abstuvieron, si con ello se estaban limitando a acatar una resolución del Comité Federal.
Por supuesto, tampoco culpo a quienes votaron en contra porque lo hicieron en uso de su libertad de conciencia en un asunto de gran trascendencia política, tanto colectiva como individual.
Quienes han originado todo este disparate, lo han organizado y lo han ejecutado, saben quiénes son y por qué lo han hecho.
Un saludo y gracias por venir.
1 noviembre 2016 at 20:12
Muy cierto y muy bien expresado. Besos.
3 noviembre 2016 at 20:16
hola amparo ,me gustaria leer tu carta de dimision como alcaldesa,referente a tu contestacion a mi comentario yo si culpo a los que se abstubieron y mientras ellos siguen con sus previlegios los socialistas ya mayores como yo esta decision de la gestora me ha dejado todo el cuerpo por dentro lleno de llagas y sintiendolo mucho mientras una persona de esas valla en una lista del psoe yo no votare psoe,,muchas gracias amparo
5 noviembre 2016 at 10:27
Hola Serafín.
Me pides leer mi carta de dimisión. Aquí tienes lo que dije en el pleno que se celebró el pasado 30 de Junio. Allí anuncié que iba a presentar la renuncia a a la alcaldía en pocos días. Como hay parte del texto en valenciano, lo he traducido al castellano para tu mejor comprensión.
En ese mismo pleno, antes de mi intervención, los que se supone que eran nuestros socios del gobierno, Compromís y Podemos, votaron en contra del presupuesto al que ellos mismos habían dado su OK un mes antes.
“[Con todo lo que esta noche ha pasado, he decidido que voy a dejar de fumar… y que voy a dejar el ayuntamiento.
Es cierto que podría haber presentado una Cuestión de Confianza; es decir, someter a la consideración del pleno, preguntarles a ustedes, si siguen confiando en mí como alcaldesa. Pero no se trata de que ustedes confíen en mí o no, soy yo la que ya no confía en ustedes.
Esa es la razón por la que les anuncio que en los próximos días presentaré mi renuncia como alcaldesa y como concejala del ayuntamiento.]
Hace ahora un año, en mi primer discurso como alcaldesa, dije públicamente que éramos afortunados porque la gran mayoría de los vecinos, con voces diferentes representadas en la nueva Corporación, nos habían encargado trabajar juntos con inteligencia para lograr un gobierno municipal más plural y aún más valiente y unido.
Tambiéan dije hace ahora un año, que no podríamos avanzar con dudas y exigencias porque el camino debíamos hacerlo juntos con sentido común y responsablemente.
Lo cierto es que de sentido común, durante este año, ha habido poco; y de responsabilidad, también muy poca.
En aquel discurso, de la misma manera que también lo hice en Junio de 2011, me ofrecí en cuerpo y alma como alcaldesa del pueblo. Trabajando, la primera. Escuchando, explicando y dialogando, también la primera. Sin engaños y sin miedo.
No fue un golpe de suerte lo que me convirtió en alcaldesa. Fue la voluntad que expresaron desde el primer momento, tras las elecciones de mayo de 2015, Podemos-Rocafort y su concejal, Carlos Errando, Compromís y su concejal Eduard Comeig, los concejales socialistas y el voto también -en el mismo momento de la votación- del concejal de IxR, González López (su nombre de pila no importa, uno u otro)
En las pasadas elecciones municipales, los votantes de Rocafort decidieron que el Partido Socialista tuviera solamente cuatro concejales. Y con absoluta honestidad construimos un gobierno municipal con quienes decidieron dar un paso al frente: Podemos-Rocafort y Compromís.
Establecimos un compromiso de trabajo, de dedicación y de lealtad para que hubiera un gobierno de personas y no de partidos (una frase que el concejal Comeig y yo misma repetíamos con frecuencia, ¿se acuerda, sr. Comeig?)
También lo dije en aquel primer discurso, hace ahora un año: “Como alcaldesa no consentiré que las aspiraciones partidistas o personales se conviertan en ejes de la política municipal, y, si ocurriera, afirmo que renunciaré inmediatamente a mi cargo como alcaldesa y a mi acta como concejala”
Y seguí diciendo: “Nadie puede ni debe aventurarse en experimentos personalistas que pongan en juego el interés general de los vecinos de Rocafort. Y quien lo haga o quienes lo hagan, se encontrarán con mi firme oposición; y si eso ha de significar mi renuncia, que nadie tenga la mínima duda: porque lo haré.
He sido elegida alcaldesa de Rocafort por la propia libertad de los concejales que lo han decidido, y estoy convencida de que lo han hecho con absoluta responsabilidad.
La misma libertad y la misma responsabilidad que ejerceré yo misma para actuar de manera consecuente con los valores que defiendo: respeto a las personas, un servicio público en beneficio del interés general, lealtad a esta institución (al ayuntamiento) y por supuesto a su gobierno”
Eso fue lo que dije y es lo que voy a cumplir.
Creo en los gobiernos de coalición, creo de verdad que son buenos, pero para que funcionen es necesario que los partidos políticos y las organizaciones políticas actúen con responsabilidad y que las listas las formen personas dispuestas a trabajar, a aprender y a dedicarle todas las horas que haga falta al ayuntamiento.
Y eso no ha ocurrido aquí.
El pasado 6 d’abril, el concejal de Compromís renunció a sus delegaciones por el Registro de Entrada sin habernos explicado previamente a quienes somos sus compañeros de gobierno cuáles eran las razones por las que lo hacía.
Fue una falta de respeto tremenda al gobierno y a las personas que formamos parte de él.
A partir de ese momento, el concejal ha renegado de los acuerdos que él mismo -como miembro del gobierno- había adoptado. Como por ejemplo, la Ordenanza de Convivencia que acaba de votar “en contra”, o el presupuesto municipal que también acaba de votar en contra.
Es curioso, dicho sea de paso, que el concejal de Compromís, desde que se instaló en la oposición, haya exigido a la alcaldía que afrontara los problemas que él mismo originó y abandonó durante los 10 meses en los que su competencia era resolverlos.
Por ejemplo, hace unos minutos, el concejal de Compromís ha argumentado su voto en contra del presupuesto porque no se destinan 10.000€ para subvencionar proyectos participativos… ¡Hombre, si usted ha sido durante casi un año el concejal de Participación Ciudadana y no ha hecho ni ha propuesto nada!
Un gobierno en “minoría absoluta” (como tanto le gusta repetir aquí y en las redes sociales al concejal de IxR, González López, da igual el nombre de pila; uno y el otro), sí de “minoría absoluta”, no avanza cuando prevalecen los intereses personalistas y las causas personales, como es el caso de IxR.
El voto de IxR a mi candidatura como alcaldesa fue un voto con intención de “secuestro”. Se trataba –se trata- de “secuestrar” la alcaldía, de someterla (de someterme) a las exigencias innegociables que con tanta frivolidad difunden en las redes sociales y de recordarme una y otra vez que “soy alcaldesa” gracias al voto de IxR. Y eso les sirve para exigir la construcción de unos paelleros que nadie pide o para lo que se les pueda ocurrir en cada momento. Sin atender a razones, sin querer entender los datos. Huyendo siempre del consenso razonado y, por supuesto, del interés general porque, en su caso, por delante siempre han estado los intereses puramente personalistas.
Y no voy a ser rehén de ese secuestro.
Llevar adelante la labor de un gobierno con cinco concejales es difícil, pero aún lo es más cuando uno de los dos únicos partidos que lo forman, Podemos, en este caso por boca de su concejal, es capaz de decir una misma cosa y su contraria, en apenas unos días.
El concejal de Guanyem me ha pedido esta misma tarde no tener que participar en la votación del presupuesto porque su partido quiere votar en contra y él está a favor… Y es un miembro del gobierno que decide abandonar el pleno y su acta de concejal antes del punto de aprobación del presupuesto, porque su partido en abril estaba de acuerdo con el presupuesto; a mediados de mayo tenían dudas, a finales de mayo no sabían qué hacer, a mediados de junio decidieron decir “no” al presupuesto y el viernes, sí, el viernes pasado, su concejal dijo “sí” en la comisión de Hacienda. Este lunes, Guanyem dijo “no” y hoy, ahora, la verdad es que sigo sin saber a qué atenerme.
Cumplo con mi palabra porque soy consecuente con mi compromiso. Y mi compromiso es con mi pueblo, con Rocafort y con la institución a la que represento, su ayuntamiento.
Garantizar la gobernabilidad debería haber sido un principio fundamental para todos y no lo ha sido, pero yo voy a mantenerlo por encima de todo.
A partir del momento en el que presente mi renuncia formalmente, convocaré un pleno extraordinario para dar cuenta de ella.
En pocos días, estará resuelta mi salida del ayuntamiento.
Muchas gracias, buenas noches y buena suerte”
Este fue mi anuncio. Buscaré la carta de renuncia y te la transcribiré también.
Un abrazo y gracias por venir.
13 noviembre 2016 at 21:03
muchas gracias amparo saludos