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Blog de Amparo Sampedro Alemany

ESCRIBIR PARA PENSAR

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La vida resuelta.

Sábado 27 de mayo. 2023.

Mucho que reflexionar:

  1. En menos de un mes, cumpliré 65 años 🎂
  2. Tengo una hija fantástica ❤️😍, dos nietos preciosos ❤️😍😍, un compañero de vida excelente ❤️😍 y un yerno de cuento😉❤️
  3. Tengo un hermano y tres hermanas imprescindibles ❤️❤️❤️❤️
  4. Tengo una familia diversa a la que adoro y me adora ❤️
  5. Tenemos salud 🏥
  6. Trabajo en un lugar hermoso 🏢, con unos compañeros que son amigos y de los que aprendo a diario🥰
  7. Soy muy feliz con mi vida 😇❤️

[… ] “Una vida resuelta” -pensaréis.

No es cierto. Mi vida no ”está resuelta”, mientras exista la posibilidad de detener los avances por los que he luchado durante décadas.

Mi vida no está resuelta, mientras toda mi familia, mis amigos, mis vecinos, sus hijos y sus nietos, no tengan garantizados los derechos y las libertades que nos hemos ganado juntos.

Mi vida no está resuelta, mientras no consigamos salarios más justos. Mientras no mejoremos aún más la fiscalidad progresiva.
Mientras exista el mínimo riesgo de perder lo que hemos logrado: una sanidad pública y universal, el reconocimiento de la igualdad, el derecho a una muerte digna, la libertad de decidir cómo amar y a quién, una legislación laboral más ecuánime, un SMI más próximo a lo irrenunciable, una enseñanza pública de calidad, el respeto a las instituciones de las que nos hemos dotado, la libertad de prensa para preservar nuestro derecho a una información rigurosa, … etc. etc.

Me podría permitir “una vida resuelta”, porque tengo la mayoría de los números para ese sorteo. Pero no me sirve, si quien gobierna en la Generalitat y en mi Ayuntamiento no apuesta por el rigor en la gestión, por el servicio público, por el respeto a nuestra condición de ciudadanía, por el diálogo social, por la atención a los más vulnerables, por la innovación para avanzar, por nuestras calles, por la cultura que nos distingue, por inversiones imprescindibles, por ayudas incuestionables y por apoyos inquebrantables.

Me podría permitir “una vida resuelta”, es cierto.

Podría olvidarme de todo y de (casi) todos, vivir y trabajar a diario sin compromiso público alguno y negarme a defender lo que pienso…

Podría, sí. Pero no quiero.

Por eso, votaré a quienes sabrán proteger lo que sostengo: a Ximo Puig y a Rafa Ferrando.

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No mientas, que ya nos conocemos

Sábado 13 de mayo. 2023. Campaña electoral de las municipales y autonómicas. A catorce días del #28M


Llevo mal la mentira. Muy mal. Fatal.

Ya no tanto por el propio embuste, sino por su intención enfermiza de insultar la inteligencia de los demás. La mía o la de cualquiera.

No lo sabemos todo, no entendemos de todo, no somos expertos en todo ni lo hemos leído todo. Tampoco es necesario, si hacemos valer lo imprescindible: la curiosidad.

Las mentiras se cuelan en nuestras redes sociales. Facebook, WhatsApp, Tuiter, Instagram, Tik-tok… y lo que aún es peor, difundidas por algunos medios de comunicación.

Es verdad: hay que invertir ganas y tiempo para desmontar los bulos.

1. Se difunde que un ayuntamiento gobernado por el PSOE (Getafe) impide un acto electoral del PP en el polideportivo municipal.
Mentira. Los espacios electorales los asigna la Junta Electoral de cada circunscripción; en Madrid, la de Madrid.

2. Se difunde que un hermano del president Ximo Puig está condenado en un asunto judicial. Mentira. El tribunal ha archivado el caso.

3. Se difunde que el presidente Pedro Sánchez ha hecho coincidir la fecha de su entrevista con el presidente de EEUU, Joe Biden, con el inicio de la campaña electoral. Mentira. La visita responde a la actividad diplomática que 🇪🇸 desarrolla antes de asumir la presidencia de la UE, el 1 de junio.

… Hay más mentiras, muchísimas más, y hemos de aprender a descubrirlas poniendo en marcha nuestra capacidad de pensar por nosotros mismos.

Así que, no mientas, no mintáis, que nos conocemos.

Falso

Jueves 11 de mayo. Periodo electoral de municipales y autonómicas. A dieciséis días del #28M


Es fácil ser engañados. Extremadamente fácil.

El cuadro de Modigliani que anuncia la exposición del MuVIM, hubiera alcanzado los 8.500.000€ en el mercado. Una venta asegurada.

Los que entienden de esto (expertos en ese periodo artístico y la Unidad de patrimonio del CNP en la CV) afirman que hubiera colado, sin ningún género de dudas.

El IVCR de la Generalitat analizó el cuadro empleando las técnicas más avanzadas. Eran sus trazos, era la mano de Modigliani; la postura de la figura, la aspereza trémula de sus rasgos, el dibujo desarmado, la paleta de color, el lienzo, el claveteado.

Todo coincidía: un cuadro perfecto de Modigliani.

El equipo de investigación del IVCR siguió rastreando los detalles de la pintura. Ahí descubrió que en las pinceladas del tocado blanco que lucía la mujer sobre su cabello, se observaba una composición de dióxido de titanio; un producto que no fue comercializado hasta dos años después de la muerte del pintor.

La obra era falsa. El cuadro atribuido a Modigliani, FALSO.

No se trata solamente de la habilidad de los falsificadores (cada vez mayor y más depurada en cualquier ámbito, no solamente el artístico), sino de nuestra predisposición a ser engañados, a aceptar que lo que vemos es exactamente lo que queremos ver, lo que necesitamos ver para sentirnos “identificados”. Lo que necesitamos que sea verdad para reforzar la nuestra, sin pensarla ni razonarla. Sin someter lo que vemos o escuchamos al mínimo análisis.

No importa que hablemos de los más de 8Millones de euros de un Modigliani falso, los 30Mil de un Sorolla falso también o de los 200€ de un Palencia falso en Wallapop.

Importa por qué estamos dispuestos a ser engañados en el arte y en la realidad, tenga el coste que tenga para nuestro bolsillo y para nuestra propia vida.

De vuelta. Devuelta.

Martes, 9 de mayo. 2023.

Periodo electoral de municipales y autonómicas. A dieciocho días del #28M.

Estoy de vuelta.



Huiré de la inmediatez y de la insensatez que dibujan a trazos gruesos una realidad que a duras penas calibramos. Que ya no podemos medir ni observar, porque el “zasca” en Tuiter, la exagerada exposición en Instagram o los valiosos segundos en Tik-Tok, nos arrastran. Y nos arrasan. Probablemente.

No garantizo nada, porque yo también soy sujeto paciente del torbellino que nos engulle. Soy, como cualquiera de vosotros, “público dócil” para los RT, los ❤️, los 👏🏽, los 😰, los 😡, los 😱, los 😍, los 🤮… respuestas, al fin y al cabo, a quienes me siguen o me informan o me detestan o me ignoran.


Vuelvo aquí para curarme. Esforzándome, escribiendo para pensar.
Vuelvo porque soporto con mucha dificultad la mentira, la manipulación, la desinformación, la equidistancia impostada y la indiferencia calculada. Vuelvo porque sí y porque ¡ya está bien!

Digámoslo claro: he sido devuelta a este espacio de reflexión y de argumentación, para intentar salvarme.

😉

Reivindico la vergüenza ajena.

Jueves 22 de abril de 2021

Se comprende que la candidata Díaz Ayuso se niegue a acudir a más de un debate con el resto de sus adversarios.

Se comprende que solo haya aceptado asistir a uno y lo más alejado posible de la fecha de las elecciones: nada menos que doce días antes. En una campaña electoral de catorce días, que transcurran doce entre su único debate público y la jornada electoral, es la única manera de borrar de la memoria de su electorado más culto y formado el ridículo estrepitoso de su discurso, de su contenido y de su pose.

No todos los políticos son iguales | Óscar F. Civieta

Dijo Tarradellas que en política se puede hacer todo menos el ridículo.

El ridículo en política, lejos de concitar la comprensión y la disculpa de los propios, los avergüenza. El sentimiento de vergüenza ajena despoja de cualquier escudo a quien lo provoca: anoche, ni los medios afines ni las tertulias que la ensalzan ni la propaganda que disfraza su inanidad pudieron velar armas junto a la candidata Ayuso para protegerla. Estaba sola y era ella; desveló lo peor de sí misma y, por lo tanto, lo peor de quienes la aplauden: en eso consiste la vergüenza ajena y por eso resulta insoportable.
Si lo pensamos, alivia reconocerlo.

De todos los sentimientos que somos capaces de desplegar, probablemente el de la vergüenza ajena es el que mejor nos protege de los errores inexplicables que podríamos llegar a cometer. Porque vernos reflejados en las fechorías que perpetran otras personas, incurrir en sus mismos desatinos, participar de su inconsistencia y aplaudir todo eso es mucho más de lo que podemos aguantar.

La vergüenza ajena nos hace sufrir… porque nos pone de los nervios pensar que de un modo u otro, en algún momento, podemos llegar a parecernos a quien nos provoca vergüenza.

Reivindico el sentimiento de vergüenza ajena: el que esa parte del electorado conservador madrileño, formado y culto, sintió anoche tras la humillación a la que fue sometido por la candidata Ayuso.

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