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Blog de Amparo Sampedro Alemany

ESCRIBIR PARA PENSAR

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2015

Rompiendo amarres

Navidad de 2015

 

Hay una Navidad que no está escrita porque nos duele pensarla.

Sin embargo, tarde o temprano nos alcanza y nos cubre con este tiempo vacío y laxo que transcurre entre un día y otro. No lloramos o sí lo hacemos a medida que vamos comprendiendo de qué se trata todo esto. Deambulamos o somos capaces de permanecer quietos, absortos fijando la mirada mientras aupamos hacia ella la tristeza enorme que nos supura.

«El ciclo vital tiene un límite» -asestó el médico para advertirnos. «Es ley de vida» -escucho repetidamente desde hace unos días.

De acuerdo: tocada y hundida. Es cierto. El ciclo vital se consume y los hijos sucedemos a nuestros padres. La absoluta orfandad es la consecuencia de lo uno y de lo otro. Es un estado que el ánimo no puede manejar porque es la evidencia incontestable, abrupta, quien lo determina. Un estado, una circunstancia permanente, que también me define a partir de ahora.

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Pero nada de eso sirve para aliviar una soledad inmensa, helada como su frente, no consentida, no decidida, ni siquiera pactada entre la Razón y yo misma.

No sirve la naturalidad de lo que sucede, cuando lo que sucede rompe los amarres; cuando desaparece el puerto. Puerto de embarque, trasiego de viajes, voluntad de aventuras. Zarpar y saber que regresarás a puerto, al  remanso de ternura, al abrigo de la desventura; a la alegría de la infancia, a la desconsolada adolescencia y a quien supo cómo mitigarla, a las miradas que hablan, a la portentosa sabiduría; asida al cordón que te anuda al espacio tibio y único en el que todo encuentra alivio…

Nada es igual, cuando llega la Navidad que no puede escribirse porque el dolor de pensarla lo impide.

 

 

 

Esta es mi Navidad de 2015. No os la deseo a nadie.

 

 

 

 

 

 

 

 

Debate decisivo, dicen…

Martes 8 de diciembre, 2015

 

El debate fue decisivo para el grupo ATRESMEDIA, eso es incontestable.

El formato y las reglas impuestas por los periodistas (sic) aclararon anoche que los partidos políticos conocen y aceptan las condiciones que exige una gran corporación empresarial de Comunicación que, como cualquier otra privada, prioriza ajustar a su cuenta de resultados -legítimamente- qué emite, cómo lo emite y por qué.

A estas horas, apenas veinticuatro después del gran debate televisado, el asunto ha dado para más de dos millones de tuits y miles de comentarios en facebook, además de centenares de artículos de opinión, de análisis de comportamiento y de gestualidad, exégesis sobre las posibles estrategias,… En fin, un caudal impresionante de opiniones editadas y publicadas y de juicios de valor.

Tanto ruido ahorma el silencio e impide escuchar la palabra y las ideas.

Al final, solo recordaremos el acierto o no de su vestuario, la oportunidad o no de sus sonrisas y, muy especialmente, el enorme éxito alcanzado por ATRESMEDIA TV.

Bueno, eso y que nuestra televisión pública, TVE, ha demostrado otra vez que el servicio público dejó de ser su objetivo hace ya cuatro años…

 

 

 

 

 

La derecha que viene ya habita entre nosotros.

Domingo 6 de diciembre de 2015

 

Sinceramente, creo que Albert Ribera no quiere ser presidente del Gobierno. De momento.

De verdad que lo creo.

Estamos asistiendo al ascenso definitivo de la derecha y, sin embargo, nos estamos comportando como auténticos pasmarotes. Llevamos mucho tiempo aceptando sin rechistar un discurso basado en el fin de las ideologías, comulgamos con beatitud con lo que nos impone nuestra propia indiferencia y nos dejamos seducir por quienes aciertan concordar el sujeto de la oración con el verbo que la activa. Tan sencillo como eso y tan ridículo.

No, Albert Rivera no quiere ser presidente del Gobierno. De momento.

Lo que necesita A. Rivera es que el PP revalide una mayoría cómoda (que su partido, C’s, no dudará en apoyar) y que consiga formar gobierno.

Rivera «necesita» 4 años más de gobierno del PP para reforzarse -ya en Madrid y con voz y eco desde el Congreso de los Diputados- como alternativa de la derecha.

«Necesita» un escenario en el que exhibir su oratoria, un espacio en el que medirse con los representantes de la derecha a los que aspira sustituir y un lugar en el que su proyección esté garantizada tanto nacional como internacionalmente. Y ese punto está exactamente en Madrid, ese es el  único «centro» que quiere alcanzar: Madrid. El centro de operaciones y el centro de España.

Pero, ¿por qué?: porque para llegar al Gobierno de España y hacerlo para quedarse, Ciutadans sabe que «necesita» desprenderse del localismo catalán que lo originó, arrumbar el furibundo nacionalismo español que lo ha hecho crecer donde nació y coser su expansión al tejido nacional que ya lo sostiene en Catalunya: la derecha económica y financiera (la misma que confió sus activos y sus negocios durante décadas a CiU, hoy una federación de partidos desmembrada e inservible para sus objetivos)

El PP, el único partido nacional de la derecha hasta ahora, resulta demasiado incómodo a esa misma derecha y a una parte cada vez más numerosa de sus votantes. Demasiada corrupción a la vista de la opinión pública, demasiadas vergüenzas para compartirlas en los almuerzos de trabajo o en las cenas de los sábados, demasiadas explicaciones que dar ante tanta evidencia, demasiados paseíllos camino de los Tribunales de Justicia… Todo demasiado excesivo como para poder seguir soportándolo.

¡Cambio de planes! El PP ya no es útil, pero aún ofrecerá sus últimos servicios a la causa, a su pensamiento y a sus objetivos. Ahora los votantes de la derecha puede elegir: votar al PP y negarlo o votar a Ciutadans [Ciudadanos], asegurarse que así el PP seguirá gobernando cuatro años más y que la consolidación de Albert Rivera será definitiva y para largo.

Y es que la derecha que viene ya habita entre nosotros.

 

Un post arriesgado: mundo Facebook

 

Martes 24 de noviembre de 2015

 

Facebook es un espacio de desfogue para un estado de ánimo.

Algunos informan, otros opinan, los más enjuician y la mayoría sentencia.

 

 

En Facebook cualquiera es ingeniero, historiador, urbanista, abogado, biólogo, climatólogo, arquitecto, experto en ornitología, filólogo, juez y fiscal,… en fin, que hay un elevado número de Todistas que en lugar de «no sabe, no contesta o pregunta», opta siempre por «no sabe, pero lo contesta todo».

Este post es arriesgado, ya lo sé; porque escribir acerca de Facebook como lo estoy haciendo, me sitúa en el blanco de quienes confunden esta red social con un foro óptimo para la participación ciudadana que garantiza la transparencia de las actividades y acciones públicas.

Pero no es cierto, no lo es.

Facebook no permite un debate serio porque no cabe la argumentación ni los datos ni la reflexión sosegada; no se «escucha» ni se «atiende», se traslada inmediatamente al teclado lo que uno piensa porque necesita decirlo. Eso es lo único que importa: decirlo, soltarlo y punto (y no digo que no sea legítimo hacerlo)

Una vez se ha dicho, uno se siente aliviado porque desaparece la urgencia, la necesidad de «decir», y, por lo tanto, carece de interés la respuesta. Pocas veces importa la respuesta -con la excepción del Me gusta– a no ser que permita reincidir en lo que uno mismo pretende: reafirmarse en lo que ya ha escrito (tampoco digo que eso no sea legítimo)

Luego están los profesionales de la distracción, los que conocen perfectamente esos condicionantes comunicativos de Fb y los aprovechan para «guiar» los comentarios de los demás. Los que prenden fuego, observan cómo se cuece el asunto y regresan cuando es necesario echarle más leña al fuego. Son pocos, pero extraordinariamente activos.

Los profesionales de la distracción huyen de los debates en otros espacios (otras redes sociales o conversaciones cara a cara) en los que sí caben los argumentos y el tiempo. Sí, el tiempo para reflexionar y responder. Se resisten a participar en ámbitos también públicos en los que el «envejecimiento» de lo que digan no sea inmediato. 

(El tiempo en Facebook es un instante, una urgencia; a partir de ahí, todo ha envejecido)

Por todo eso, no me canso de repetir en Fb que allí no es posible mantener un debate serio sobre asuntos concretos.

Conozco la estupenda disposición de muchos usuarios porque hablo con ellos (me escribo con ellos), los atiendo y les respondo. No es que no impriman seriedad a lo que dicen o que sus razonamientos no sean aceptables, es que el mundo Facebook -su propia concepción y su objetivo- impide mantener un diálogo más allá de la confirmación de las constantes vitales de cada cual.

No es bueno ni es malo: es Facebook. Y no puede sustituir, en ningún caso, a una buena conversación o a un interesante debate.

 

@elRoto

Aprobación del presupuesto de 2015: «hacer [como] que hacemos»

Jueves 19 de noviembre de 2015.

 

No he intervenido públicamente sobre lo que ha estado sucediendo con el presupuesto de 2015 que finalmente se aprobó el lunes pasado. Ya lo sé. Sorprende.

Considero imprescindible un ejercicio de descompresión antes de escribir y aún más si lo hago sobre cuestiones que pueden afectar a los intereses generales de todos los vecinos de Rocafort. Sea la que sea su opción política.

Escribo para pensar. Hacer lo contrario, pensar para escribir, consiste en transcribir de forma automática lo que uno piensa en un momento concreto, víctima de los condicionantes de ese momento y obligado por la presión de las vísceras, que, en casos como este, suelen ser la Verdad (única) y los intereses personales o partidistas. Desembuchar la visceralidad, escribirla o pronunciarla, provoca debates estériles porque los discursos que sostienen esos debates no tienen orden ni concierto y responden a la necesidad inmediata de defender(se) atacando. Y de eso ya están llenas las redes sociales.

Para mí, para la alcaldesa, lo único importante era que este presupuesto de 2015, el mejor de los posibles para Rocafort a estas alturas del ejercicio, se aprobara. Y el concienzudo trabajo que ha desarrollado Pilar Núñez, concejala de Hacienda y portavoz del gobierno municipal en este asunto, ha sido impecable y eficaz como tantas otras veces.

Mi silencio ha sido medido para evitar la intensificación del furioso discurso visceral que determinadas personas han mantenido y mantienen en las redes sociales.

Rechazo entrar «al trapo» que a diario me colocan delante, porque Rocafort es mucho más importante que un vulgar juego de estrategia. 

Por prudencia y por seriedad, me niego en rotundo a exponer y rebatir públicamente los frágiles argumentos, cuando no falsos, que se manejan para justificar las propias debilidades de cada cual.

El otro día, al hilo de todo esto, alguien resumió en una frase el ruido provocado en las redes sociales respecto al presupuesto de 2015: «Hacer [como] que hacemos»

En cualquier caso, todos estamos de enhorabuena porque el presupuesto de 2015 se ha aprobado.

Agradezco de corazón, en mi nombre y en el del gobierno municipal, el voto favorable del concejal de IxR en el pleno del lunes pasado y le agradezco también que hiciera explícito tanto el motivo de su voto desfavorable al presupuesto de 2015 en los dos plenos anteriores (22 de diciembre de 2014 y 29 de octubre de 2015) como el que ahora le ha obligado a cambiar de postura. Todo quedó aclarado con sus propias palabras, que a continuación reproduzco literalmente:

«[…] nuestra responsabilidad nos impide que por un interés político o… demagógico, por… por… por… por causar daño políticamente… pues… a los partidos que están gobernando, privemos al pueblo de Rocafort de un dinero que nos va a hacer mucha falta» (sic)

Toda una declaración cuyos principios confío en que no vuelvan a prevalecer sobre el interés general de los vecinos.

 

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