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Blog de Amparo Sampedro Alemany

ESCRIBIR PARA PENSAR

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enero

On estan?

Dilluns 30 de gener de 2017.

Feia temps que no se’ls veia. Almenys no de còs present; vull dir a peu plà, clar!

Hui n’he vist un. Ha creuat la plaça amb la mirada clavada sobre l’asfalt. Ulleres de sol, l’abric per damunt de les orelles i una motxilla a l’esquena que li donaba un aire com de turista arrepentit d’haver xafat un barri inhòspit.

En veure’l, m’han vingut al cap molts altres i la rancúnia amb la què actuaren durant tant de temps. Massa temps!

Ja no s’en parla, d’ells. És com si se’ls haguera engolit una revolta de riu. Sabem que alguns -poquets- estan a la pressó i que d’altres se’n salvaren pels pèls; que uns quants esperen encara el judici; i se sospita que n’hi ha qui està arruïnat i qui lluita per mantenir-se ert mentre camina per damunt d’un fil tant prim com el de l’evidència.

N’eren tants i tant valents que costa de creure que no estiguen entre nosaltres com si res haguera passat.

 

Resultat d'imatges de corruptos El Roto

 

#Joderquétropa

Viernes 27 de enero de 2017.

Seis meses justos han pasado desde que pisé por última vez un pleno municipal.

Anoche regresé para asistir a la despedida de una figura incuestionable de la política municipal de Rocafort, Felipe Zayas. Un gran  concejal.

Antes de que llegara ese momento, hube de presenciar el desarrollo de todo el pleno.

Sorprendente que el PP votara en contra de declarar los servicios sociales municipales como servicios esenciales para poder ampliar la plantilla de profesionales en Rocafort, como así obliga la Generalitat y la Diputación que son las que financiarán esa ampliación.

Sorprendente que tras la explicación jurídica del interventor al respecto, el PP no cambiara su indefendible posicionamiento y se abstuviera, que es algo así como declarar -en este caso- «¡vale!, lo hemos entendido y nos da igual» 

Sorprendente que al PP le sorprenda que en materia de Personal todavía se arrastren situaciones injustas originadas en el periodo 1991-2011 (con ayuntamientos presididos por su partido en los que participaron activamente dos concejales actuales: Aliaga y Ana Llorens), y que, «gracias» a un Gobierno central presidido también por el PP desde 2011, no han podido resolverse con la rapidez que merecen.

Sorprendente, por cierto, la beatitud  impostada de IxR (concejal de Personal) en sus respuestas. […]

Hubo más momentos sorprendentes… Pero eso ya lo suponíamos, ¿verdad? 

#Joderquétropa

Las mujeres que tanto amaban a sus maridos

Miércoles 25 de enero de 2017.

La mujeres que tanto amaban a sus maridos son noticia para el consumo de conciencias avergonzadas de lo propio y de lo ajeno. Porque de todo habrá.

Las defensas legales de al menos estas cuatro mujeres han determinado que el amor sin medida que profesaban -o aún profesan- a sus maridos, ha sido la causa de  todos sus males. Vamos, que «no hay droga más dura que el amor sin medida», como cantaba Revolver.

 A la vista de las declaraciones de ellas en sendas causas, ese amor irrefrenable las convirtió en mujeres incapacitadas para ver, oír, pensar, sospechar, dudar o preguntar. 

Amar, solo amar. ¡Ay, madremíadelamorhermoso!…

Isabel Pantoja, Ana Mato, Cristina de Borbón y Rosalía Iglesias. ¡Toma ya!

Centenares de miles de euros en bolsas negras de basura, ingresos fabulosos e ignorados en las cuentas bancarias, coches de alta gama en el garaje de casa, viajes familiares, fiestas infantiles, un palacete reformado a todo lujo, tarjetas de crédito ajenas a las cuentas bancarias personales, diez años viviendo a todo tren sin necesidad de sacar un euro del banco, viajes a Suiza y no necesariamente para esquiar…

Que las defensas elaboren sus estrategias procesales fundamentándolas en que las mujeres normalmente (o sea, por norma) no sabemos qué ocurre en nuestra propia vida, salvo lo que naturalmente (o sea, con toda naturalidad) se atribuye a nuestro género: los embarazos, la crianza, el cole de los niños, la cena de Nochebuena, la lista de la compra y las rebajas, es patético.

Pero que cuatro mujeres como estas, privilegiadas en todos los aspectos y con abundantes recursos propios de todo tipo, hayan actuado de ese modo para intentar escurrirse de sus responsabilidades, es vergonzoso.

 

Isabel Pantoja (Julián Muñoz)

Resultat d'imatges de Isabel Pantoja

 

Ana Mato (Jesús Sepúlveda)

Resultat d'imatges de ana mato

 

Cristina de Borbón (Iñaki Urdangarín)

Resultat d'imatges de Cristina de Borbón

 

Rosalía Iglesias (Luís Bárcenas)

Resultat d'imatges de rosalía iglesias y Bárcenas

¿Posverdad?… pues, sí.

Lunes 16 de enero de 2017.

Curioseo en el pasado reciente y sonrío. Por lo intuido y por lo sabido, sin que a estas alturas lo sorprendente de lo ocurrido -sus formas y su contenido- me desconcierte. Ahora.

Así son las cosas cuando el tiempo las empequeñece para entregárnoslas desnudas; cuando descubrimos que es cierto, que existe la política de la posverdad y que la sufrimos.

 

 

Posverdad. La palabra que define la situación que se instaura para crear y moldear la opinión pública en beneficio de quien lo hace. Un modo de actuar fundamentado en el culto a las emociones de los demás para satisfacer los deseos propios no desvelados.

Y sí, ocurre.

Apelar a las emociones, encender los ánimos o hincar el diente a los sentimientos, diluye los hechos objetivos (la verdad, lo cierto, lo exacto) para que dejen de servirnos como referentes para analizar la realidad. Y eso es lo que hace esa clase de «políticos» enfundados en la política de la posverdad.

En la política de la posverdad triunfa lo que aparenta ser verdad y lo que debe ser verdad; porque cuando se azuza nuestra carga emocional, que es frágil, no encontramos razones para creer lo contrario. Así somos.

En este pueblo nuestro de cada día, también. 

Cuando curioseo en el pasado más reciente, hay hechos (objetivos) que corroboran lo que digo. 

Bastó con poner en circulación en las cámaras de eco [redes sociales en las que las voces disonantes son apartadas] bulos y calumnias apoyados en la exaltación de las emociones de los demás, para que la verdad aparente cundiera.

En apenas unos días, tras mi renuncia, «los contratos a dedo» de los que se me acusaba, ya no lo eran (nunca había sido verdad); «los asesores», cuyos servicios eran prescindibles según esos políticos de la posverdad, resultaban imprescindibles (mientras fui alcaldesa, siempre lo habían sido);  resultó ser lógico que la persona de confianza de la alcaldía tuviera jornada completa, a pesar de que la política de la posverdad no lo consintió mientras yo estuve; «liberar a un concejal» lo consideraban innecesario, pero pasó a ser urgente y se liberó a dos.

Todas las anteriores dejaron de ser exigencias para aprobar el presupuesto; como también dejaron de serlo «acabar con la gestoría externa», «un despacho propio para todos los grupos municipales», o que la Policía Local perdiera su retribución en concepto de productividad…

Hay más hechos objetivos que podría enumerar y que respaldan que la política de la posverdad ha venido para quedarse, cueste lo que cueste.

¡Huir!

 

 

 

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