Miércoles 25 de enero de 2017.
La mujeres que tanto amaban a sus maridos son noticia para el consumo de conciencias avergonzadas de lo propio y de lo ajeno. Porque de todo habrá.
Las defensas legales de al menos estas cuatro mujeres han determinado que el amor sin medida que profesaban -o aún profesan- a sus maridos, ha sido la causa de todos sus males. Vamos, que «no hay droga más dura que el amor sin medida», como cantaba Revolver.
A la vista de las declaraciones de ellas en sendas causas, ese amor irrefrenable las convirtió en mujeres incapacitadas para ver, oír, pensar, sospechar, dudar o preguntar.
Amar, solo amar. ¡Ay, madremíadelamorhermoso!…
Isabel Pantoja, Ana Mato, Cristina de Borbón y Rosalía Iglesias. ¡Toma ya!
Centenares de miles de euros en bolsas negras de basura, ingresos fabulosos e ignorados en las cuentas bancarias, coches de alta gama en el garaje de casa, viajes familiares, fiestas infantiles, un palacete reformado a todo lujo, tarjetas de crédito ajenas a las cuentas bancarias personales, diez años viviendo a todo tren sin necesidad de sacar un euro del banco, viajes a Suiza y no necesariamente para esquiar…
Que las defensas elaboren sus estrategias procesales fundamentándolas en que las mujeres normalmente (o sea, por norma) no sabemos qué ocurre en nuestra propia vida, salvo lo que naturalmente (o sea, con toda naturalidad) se atribuye a nuestro género: los embarazos, la crianza, el cole de los niños, la cena de Nochebuena, la lista de la compra y las rebajas, es patético.
Pero que cuatro mujeres como estas, privilegiadas en todos los aspectos y con abundantes recursos propios de todo tipo, hayan actuado de ese modo para intentar escurrirse de sus responsabilidades, es vergonzoso.
Isabel Pantoja (Julián Muñoz)

Ana Mato (Jesús Sepúlveda)

Cristina de Borbón (Iñaki Urdangarín)

Rosalía Iglesias (Luís Bárcenas)
