5 de enero de 2009, lunes (Noche de Reyes)
Queridos Reyes Magos,
Yo no sé si es que los que vivimos aquí, en Rocafort, no hemos sido todo lo buenos que se nos exige para tener la calidad de vida que nos merecemos. Los hechos, Majestades, son los que son y hay pruebas…
…porque estáis a punto de llegar como cada año, y desde hace muchos que aquí no hay quien respire tranquilo.
Esta carta la escribo a una enorme velocidad porque hasta hace un rato no se me había ocurrido que quizá esta vez a la estrella que os orienta le dé por marcar mi pueblo como objetivo inaplazable.
Y ya que es la tarde de Reyes, y no veo aún la estrella que os guiará, he decidido echar mi carta de deseos, Majestades, y seguir creyendo que es posible que se cumpla aquello a lo que aspiramos con todas nuestras fuerzas.
Me pido una larga lista para compartir con mis vecinos; las prisas -porque anochece pronto- me impiden ordenarla según las necesidades, pero vos sabréis de sobra cómo tenemos el patio.
- Quiero que el Hogar de los Jubilados cuente de una vez con un servicio de Bar fijo y en condiciones, y que no se me queden tirados por falta de interés de la concejala de Bienestar Social y «Nuestros Mayores» (¡vaya paradoja!). Y quiero que en el Hogar se instale un teléfono, y que se lleven las cortinas a la tintorería, y que se limpien los cristales, y que se arreglen los desperfectos.
- Quiero que el colegio San Sebastián sea atendido como merece; y que el Consejo Escolar no se desgañite pidiendo ayuda al Ayuntamiento, y que éste haga oídos sordos a lo que es su obligación.
- Quiero que la Escuela Infantil Municipal sea un centro excelente, y que las trabajadoras no pasen miedo por una dirección insolvente y tiránica, y que la calidad del servicio se corresponda de verdad con los más de 350€ que nos cuesta a todos cada alumno.
- Quiero que la Casa de Cultura sea eso: un centro cultural serio, con programación de calidad y estable. Que la dirijan profesionales en la materia, y que abra sus puertas cuando más la necesitan los usuarios: en periodos vacacionales y los fines de semana. Quiero que deje de ser lo que es, el pesebre de unos pocos al servicio de intereses particulares.
- Quiero que las aceras sirvan para pasear, y que las calles sean las propias de un pueblo del siglo XXI. Quiero que nadie invente «peatonalizaciones», sin antes ofrecer soluciones a los problemas que ya tenemos.
- Quiero que el Comercio no desaparezca en mi pueblo, y que los comerciantes exijan políticas inteligentes que los salve del colapso en el que viven; y que no les consuma la desesperación o la indiferencia.
- Quiero que Rocafort esté limpio, que los contenedores se vacíen cada vez que sea necesario; y que haya servicio de recogida de todo tipo de residuos con más frecuencia.
- Quiero que la plaza de España recobre su aspecto inicial, que se rellene el suelo y se compacte, que se adecente el perímetro, y que se repare la glorieta.
- Quiero que el Parc de la Llum se rehabilite, se limpie y se mantenga.
- Quiero que los vestuarios de la zona del Polideportivo se reconstruyan y vuelvan a ser dignos.
- Quiero que se abra ya el Centro de Día, y que ofrezca los servicios como Dios manda a quienes lo necesitan.
- Quiero que se frene la política urbanística actual, y que todos participemos en la Revisión del Plan General para decidir juntos el pueblo que queremos ahora, y el que habremos de entregar a quienes nos sucederán.
- Quiero luces de Navidad el próximo diciembre, y luz en las calles durante todo el año.
- Quiero que no se administre Caridad entre los ciudadanos, sino que sus derechos sean extendidos: que se amplíen las ayudas para el comedor escolar, y la gratuidad de los libros de texto durante la enseñanza obligatoria en el colegio público.
- Quiero que el PP que gobierna en mi pueblo pise tierra y se atenga a las necesidades reales de los vecinos: que aumente en un 50% la bonificación del IBI a las familias numerosas con menos recursos y que residan en viviendas que no ofrezcan ninguna duda.
- Quiero que los empleados municipales sean reconocidos como tales, y que se les restituya la dignidad que se les ha arrebatado con amenzas, malas caras y presiones. Y que «los otros» -aquellos que siguen sin comprender que el servicio público nunca debe confundirse con los intereses privados- recapaciten hasta entender que nadie está libre de sufrir «acoso moral y laboral», porque quien acosa alimenta su desvarío arbitrariamente a la hora de elegir a sus víctimas.
- Quiero que la esperanza resucite a los indiferentes, y que la confianza en nosotros mismos gane a los resignados.
La lista es más larga, Majestades, pero la tarde se me está cayendo encima. No tardéis, os lo suplico, y que la Noche nos traiga Buena Suerte a todos y a todas.
¡Feliz viaje!