24 de julio de 2010. Sábado

El calor azota.

Pero no es el calor lo que más me abruma cuando paso un par de horas del sábado en el ayuntamiento revisando los papeles que me permiten ver (porque no tienen más remedio).

Se han presentado dos ofertas a los terceros pliegos de condiciones que el gobierno local ha tenido que rehacer, tras dos fracasos consecutivos.

Esta vez, también siguen faltándoles papeles a los aspirantes.  Si se subsana la situación en el plazo previsto -tres días hábiles-,  la Mesa de Contratación tomará una decisión a lo largo de la próxima semana. Habrá de transcurrir todavía quince días -si se decide la adjudicación- para que la plaza de España entre en servicio. Y estaremos a mediados de agosto.

En este blog, hace varios días, calculé el plazo que nos quedaba para sufrir la falta de servicio en la plaza,  y, -desafortunadamente para todos, incluída yo misma- he acertado.

Alguien que firma habitualmente como los tiempos cambian, escribió el 17 de junio este comentario:

«eres muy pesimista amparo, quieres que hagamos una apuesta a que antes de q acabe julio esta resuelto?
con tal de de marear eres capaz de ser adivina y todo, ……»

No pretendo que rectifique, solo le pido que cuando lea lo que escribo en este blog discierna entre los juicios de valor y las opinones que emito; y las reflexiones que escribo basadas en la experiencia que acumulo tras tres años largos observando muy de cerca la gestión del gobierno municipal.

Con eso sería más que suficiente para que no hubiera ningún malentendido.

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