Martes 26 de enero de 2016

 

Efectivamente, Xàtiva sigue sin tener playa a pesar de que Alfonso Rus lo prometió en un mítin a cambio de que lo votaran.

 

Corría el mes de mayo de 2007 y faltaban cinco días para la jornada de las elecciones municipales y autonómicas de ese año. No pagó por ese insulto a la inteligencia de los demás. Al contrario: obtuvo una mayoría abrumadora de votos y 12 concejales de los 21 que forman la Corporación municipal de Xàtiva.

Un par de años más tarde, Rus arremetió públicamente contra los profesores de Valenciano y prometió «rematarlos». Nada, solo un rasguño sin importancia en su potente maquinaria electoral y de nuevo mayoría absoluta en las elecciones municipales de 2011.

A su electorado, le gustaba ese tono insolente porque rayaba el ultraje; por eso, aplaudía entusiasmado sus infamias.

 

 

Nada nuevo bajo el sol. La chulería y la soberbia son actitudes del agrado de la derecha más zafia. También la incultura (en el amplio sentido de la palabra) goza de su admiración.

Públicamente, Rus cumplía sobradamente con esas expectativas. Su electorado le reía las gracias y sus palmeros eran capaces de multiplicar la soberbia que destilaba, la chulería con la que se comportaba y la incultura que él tanto valoraba…

(siempre ha habido más papistas que el Papa)

 

En #Rocafort, lo hemos vivido durante muchos años, demasiados años… y aún queda alumnado aventajado de su magistratura y de la de sus más destacados (y destacadas) secuaces.

Oremos.

 

Notas:

Alfonso Rus, detenido

Macrorredada contra otra trama de corrupción en el PP valenciano: «Operación Taula»

Las caras de la trama