Viernes 2 de febrero de 2018.
De la declaración de Ricardo Costa ante la Audiencia Nacional, solo me sorprendió su esfuerzo por evitar el tono displicente y súper-pijo-que-te-cagasshh al que nos había acostumbrado.
Todo lo demás: cómo nos ha esquilmado el PP, en nombre de quién y para qué, cómo ha ganado elecciones de manera miserable, cómo ha engañado y cuánto nos ha humillado; eso, ya lo sabíamos.
En la Comunidad Valenciana llevamos más de dos décadas consumiendo la corrupción que el PP extendió sobre nuestro territorio. No hablo solamente de la que exprime las arcas públicas, sino de la otra; de la que no se cuantifica con euros.
Hablo de la que corroe la convivencia: la corrupción impuesta por el sectarismo con el que ese partido político anega las instituciones públicas; la que transforma el respeto en obediencia debida y el liderazgo político en mesianismo.
A Costa no le agradezco ni su confesión ni su arrepentimiento. Judicialmente, no desprecio el valor de su declaración; políticamente, es insuficiente y me asquea.
Es posible que el PP haya abandonado las prácticas corruptas con las que enlazaba su financiación y el poder institucional, obligado por las evidencias que resaltan los medios de comunicación desde hace tiempo. Es posible, sí.
Pero no ha renunciado a la otra: a la corrupción del sistema democrático en todos sus ámbitos.
Costa no declaró en vano; rubricó su confesión con una cinta anudada a su muñeca, que mostraba los colores de la bandera española.
La misma cinta con la que se pavonea la inmensa mayoría de los actuales dirigentes del PP…
Un guiño de Costa que no deberíamos pasar por alto: “sí, todo lo hacemos por España”
¡Anda y que les den!
(Imagen: EFE)
4 febrero 2018 at 14:11
felicidades amparo por este articulo donde para mi dejas bien claro el asco que producen estas personas corruptas del p.p. en la comunidad de valencia y resto de españa,pero yo dentro de mi ignorancia me pregunto,porque no hay pena para estos señores y les obligan a devolver lo robado si ellos mismo dicen que han cometido todas esas fechorias,,,muchas gracias amparo y solo decirte que me gustaria verte otra vez de alcaldesa,un saludo
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5 febrero 2018 at 11:32
Hola, Serafín.
Si por “pena” entendemos una sentencia judicial, habrá que esperar a que finalice el juicio para que se dicte sentencia.
Te agradezco mucho tus palabras, pero no volveré a ser alcaldesa.
Tras cuatro como portavoz en la oposición y cinco al frente de la alcaldía, hay que saber cuándo hay que parar; y yo tuve razones importantes para hacerlo, que expliqué públicamente.
Convertirme en “rehén” de una oposición irresponsable y centrada en sus “juegos privados”, nunca ha sido para mí una opción. No entiendo la Política como un juego y, por lo tanto, ni me planteo entrar en ese escenario. Por eso decidí marcharme.
Así que, esa etapa de mi vida acabó.
En cualquier caso, muchas gracias por tu amable comentario.
Amparo